¿Cómo han ido las prácticas?
Cuando terminas de estudiar un FP y presentas los últimos exámenes, es un momento de mezcla de emociones. Por un lado, te sientes aliviado, como si te hubieras quitado un peso de encima. Por otro, te invade un subidón de orgullo porque lo has conseguido, has llegado. Pero la realidad es que todavía queda mucho por hacer. Además del proyecto final, hay una etapa clave que tienes que superar y que te prepara para el mundo laboral: las prácticas en una empresa. Y ahí empieza la vida real.
Esto fue exactamente lo que viví cuando terminé los exámenes de mi FP en Desarrollo de Aplicaciones Multiplataforma (DAM). El alivio me duró unos minutos antes de tener todos esos nervios, todavía tenía que encontrar una buena empresa para hacer las prácticas. No me lo tomé a la ligera porque quería asegurarme de aprovechar esta oportunidad al máximo. Por eso decidí buscar una empresa por mi cuenta, en lugar de dejar que mi centro de estudios la buscase por mí. Y ahí es donde tuve la suerte de encontrar Secture.
Un buen ambiente de trabajo
El ambiente. Desde el primer día, noté que era un sitio donde la gente trabajaba con ganas y buena energía. Eso es clave, que te sientas cómodo y que el equipo esté dispuesto a ayudarte y a formarte. Las prácticas son tu primer contacto real con el mundo laboral, y es crucial que salgas de esa experiencia beneficiándote de ella. Tienes que sentir que has aprendido, que has crecido y que has dado un paso firme hacia tu carrera profesional.
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Practicas
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Estudios vs. Experiencia
En mi caso, el proyecto con el que he tenido que desenvolverme en las prácticas ha sido diferente a lo que he estudiado, pero es lo suyo, te enfrentas a un proyecto real. En los centros de estudio te dan las guías y herramientas necesarias para que construyas tu propio camino, para que te vuelvas autodidacta y te especialices en lo que realmente te gusta. Sin embargo, en los estudios de este sector no te enseñan absolutamente todo, y es normal porque sería imposible abarcarlo todo. No puedes terminar un FP o cualquier formación, aprobar los exámenes y salir convertido en un experto programador, dominando al 100% un lenguaje o tecnología. Es algo que simplemente no pasa.
Y aquí es donde está la clave, cuando te enfrentas a un proyecto real, es donde realmente conectas todos esos puntos. Puedes usar todas esas guías y recursos para darle forma al proyecto, aprendiendo y entendiendo cómo funcionan las cosas en la práctica. Y claro, muchas veces eso implica investigar a fondo y aprender más sobre alguna tecnología específica que el proyecto requiera. Esa combinación de teoría, práctica y aprendizaje continuo es lo que realmente te hace crecer en este sector.
La clave para triunfar en tus prácticas: una buena actitud
Si hay algo que marca la diferencia en las prácticas, es tu actitud. En este sector, la tecnología nunca para, siempre está cambiando y evolucionando. Si te dedicas a esto, tienes que aceptar que vas a estar aprendiendo cosas nuevas constantemente. Pero no todo el mundo lo afronta igual. Hay quien se agobia con la cantidad de cosas que aún no sabe, y luego está quien lo ve como un reto. Es mejor ser de los segundos.
Llegar con curiosidad, ganas de aprender y una mentalidad positiva lo es todo. No importa si al principio las tareas te cuestan o si sientes que avanzas más lento de lo que te gustaría. Las prácticas están para eso, para equivocarte, para aprender y para que descubras tu propio ritmo. Lo importante es disfrutar del proceso. Con el tiempo, verás que esas tareas que antes parecían imposibles ahora las resuelves sin problema, y eso no tiene precio.
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Aprendizaje de las prácticas en el sector tech
Cuando comienzas tus prácticas en una empresa, todo es un mundo nuevo. Al principio, la sensación de no saber exactamente qué esperar puede generar un poco de incertidumbre y miedo. No importa cuánto hayas estudiado para este momento, enfrentarte a un entorno laboral real es algo completamente diferente. En mi caso, no solo era una nueva experiencia profesional, sino que también estaba entrando en un sector laboral totalmente nuevo, lo que añadía un nivel extra de reto.
Las primeras semanas fueron una mezcla de emociones. Estás tímido, tratando de aprender sin cometer errores. Es inevitable sentir que todo es nuevo para ti, porque, de hecho, lo es. Lo importante es aprovechar cada oportunidad para aprender, porque en las prácticas, todo se aprende, desde entender cómo se maneja un proyecto hasta aprender los pequeños trucos de herramientas tecnológicas que antes ni sabías que existían.
Algo que me ayudó mucho fue aceptar que no necesitaba saberlo todo desde el primer día. Nadie espera que seas un experto. Al contrario, el objetivo de las prácticas es darte el espacio para equivocarte, hacer preguntas y, sobre todo, crecer. Eso sí, hay que ser curioso y no tener miedo de pedir ayuda.
A medida que pasan los días, comienzas a sentirte más cómodo. Ese proyecto que al principio parecía una montaña imposible de escalar, poco a poco empieza a tener sentido. Descubres que los términos técnicos ya no suenan como un idioma alienígena y que herramientas que al principio te intimidaban, ahora las usas con confianza.
Lo más gratificante de este proceso es mirar hacia atrás al final de tus prácticas y darte cuenta de todo lo que has aprendido. Para mí, estas prácticas fueron como una especie de «simulador de la vida real».
Cómo sacarle el máximo partido a tus prácticas
Aprovechar al máximo las prácticas no es complicado, pero sí requiere algo de organización y ganas. Un consejo básico, tómatelas como un trabajo de verdad. Sé parte del equipo, involúcrate y, sobre todo, exprime cada minuto para aprender.
Si terminas una tarea y tienes un rato libre, no te quedes esperando a que te den más trabajo. Aprovecha ese tiempo para hacer un curso, investigar tecnologías nuevas, o repasar ese trozo de código que no te queda del todo claro. Si no entiendes algo, pregunta. Es mejor parecer curioso que quedarte con la duda.
Recuerda que las prácticas son tu momento para probar, experimentar y, sí, equivocarte. Es mejor fallar ahora, cuando estás aprendiendo, que más adelante cuando ya tienes responsabilidades serias. Esa actitud te va a ayudar a crecer como profesional. A nadie le gusta trabajar con alguien que está ahí solo que no tiene inquietudes.
Por último, enfócate en disfrutar. Las prácticas no son solo una etapa obligatoria; son el inicio de algo mucho más grande. Si las vives con ilusión y ganas de aprender, te darán mucho más de lo que esperabas. Y quién sabe, a lo mejor esa empresa donde empezaste en prácticas se convierte en tu primer trabajo oficial.
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